Bernal es....
- Por Juan Nunura Loro -
Bernal es una tierra sin igual. Una tierra noble capaz de transmitir los mismos ideales a su población. Una tierra que sonríe siempre a pesar de que a veces hay motivos para no celebrar. Bernal es cuna de hombres ejemplares, de gente que hace historia, de gente que engalana su existir, de mujeres bellas y de valerosos varones capaces de no dejarse vencer.
Bernal es tradiciones, costumbres y folklore. Bernal es fiesta, es danzas ancestrales como Los Garibaldis. Es costumbres arraigadas como carnavales y velaciones. Tradiciones como la adoración del Niño Dios en Navidad, con “Vaquita” y “Mariquía” incluida.
Bernal es la suma de hombres y mujeres que lo colocan hoy en un distrito de renombre nacional. Es don Tomás Bernal y su esposa que con su llegada dieron nombre a esta jurisdicción. Es don Ernesto Agurto que dio trabajo a tanta gente y enseñó ideales de justicia y no explotación. Es don Sinforoso Benites que enseñó a luchar para no caer en opresión. Es el profesor Fernando Vise, estudioso que enseñó a muchas generaciones y luego escribió el primer trabajo de registro histórico de esta localidad. Es don Celedonio Loro y sus leales colaboradores quienes incansablemente dedican su vida para heredarnos una milenaria danza que hoy es emblema regional. Bernal es la suma también, de hombres que han llegado a vivir con nosotros y que no siendo nacidos acá dan mucho por el progreso de esta localidad.
Bernal es también fe y respeto a un creador Todopoderoso. Es nuestro Señor de la Agonía tan venerado por propios y extraños. Es San Francisco de Asis, nuestro santo patrón. Es la Cruz de Motupe y una celebración sui generis. Es el Señor de la Esperanza, Cautivo de Ayabaca, San Isidro Labrador, María Auxiliadora, entre muchas veneraciones más que refuerzan la integridad de un pueblo que se resiste a desconocer a sus protectores.
Bernal es misticismo y éxtasis. Es creer en que la María Dominga te va encantar. Es creer que un caballo blanco con un jinete recorre las madrugadas en los campos oscuros. Es creer que una fila de patitos se te va presentar y te podría encantar cuando caminas solo por alguna zona desértica. Es creer que si se habla mal de algún muerto, éste te jalará los pies por la noche y te hará tropezar. Es seguir creyendo aquellas historias contadas por abuelos, que los abuelos de sus abuelos les contaron.
Bernal es todo lo que te imagines. Cada recuerdo guardado en tu corazón. Cada experiencia vivida en alguna fiesta patronal. Es nuestro mágico carnaval y el orgullo de sentirse admirado de ser de un pueblo tan hermoso como este. Es nuestro Cristo Redentor que en lo más alto de la iglesia parece abrazarnos a todos cuando volvemos a entrar por la histórica calle Comercio.
Bernal también es pasión. Pasión por hacer las cosas bien. Pasión por sobresalir cuando se está lejos de nuestra tierra. Pasión por formar hijos ejemplares y dignos bernalenses. La pasión política no está ajena y como seres humanos sabemos separar lo uno de lo otro.
Bernal es nuestro mejor relax y terapia cuando ya agobiados del trajín de la ciudad, volvemos para llenarnos de energía y revivir con amor lo mágico de este territorio. Añorar a Bernal es como recordar Tangamandapio como lo hace “Jaimito el Cartero” en la serie del Chavo del Ocho.
Bernal eres tú, Bernal somos todos. Define ahora tú cómo es Bernal e imaginemos como queremos que llegue a su centenario. ¡Feliz aniversario!